Sueños de sal y viento.

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Sueños de sal y viento.
24 Feb 2022 - 15:30
 
Sueños de sal y viento.
Sueños de sal y viento es mi agradecido homenaje a nuestro gran poeta Tomás Morales Castellano, por ser fuente de inspiración en mis proyectos creativos.
Descubrí en su poesía su amor por los puertos, los mares y los hombres de mar. Amó la belleza de los barcos sucios de grasientos paveses, de tiznadas cubiertas y herrumbrosos metales. Y esos pobres pataches, tristes, desmantelados, de podridas maderas y agrietados pañoles.
Sintió respeto y admiración por esa gente de mar que humeaban sus pipas, contemplaban las viejas naves, que hundían sus torsos de hierro en la bahía, y relataban antiguas andanzas marineras en las que acaso, fueron héroes un día.
Siempre he sentido una gran pasión, y necesidad de transitar por esos Rincones Mareros. Rincones que han formado, y forman parte de mi vida. De niño disfrutaba los paseos de domingo por los muelles con mi familia, de joven pasaba los días en los muelles buscando barco donde navegar, y poner en práctica lo aprendido en la Escuela de Pesca.
Con el tiempo, a pie de muelle, con mi cámara, con la formación adquirida en la Escuela de Arte, contemplo los muelles como si de una sala de arte se tratase. Encontrando en los costados herrumbrosos, de los barcos atracados, en sus sombras y reflejos, obras de arte escondidas.
Sus costados, exposición itinerante, obras de arte vivas, sobre lienzos cambiantes; la intemperie, la sal y su propia vida errante hacen que estas obras estén en constante creación.
“Es el azar y la casualidad la que rige el encuentro, y no el afán de búsqueda.”
Honorius Solitariu.
(Del libro San Borondón. La isla Descubierta
De Tarek Ode y David Olivera)
Me acerque a la poesía del poeta Tomás Morales Castellano, atreves de las historias, convertidas en leyendas, y envueltas en realismo mágico, que me contaba Conchita, mi Madre. Conchita relataba que junto a su hermano Pepe se acercaban a la zona del encallamiento del vapor británico Zuleika a recoger el café que la marea arrastraba desde sus bodegas a la orilla. Café que recogía ahuecando su falda. Su madre, mi abuela Candelarita, según continuaba su relato, lo tostaba, molía y colaba. “Carlillo, eso no había quien se lo tomara, me decía, estaba salado como la pilla.”
Las crónicas del momento (1920) recogía que nuestro poeta Tomas Morales había realizado una oda al encallamiento del Vapor Zuleika, y otros sucesos similares acaecidos en nuestra costa.
Fue ese hallazgo el que me acerco al poeta.
Las Rosas de Hércules, Poemas del Mar, Los puertos, los mares y los hombres de mar. El seguir su huella por esos Rincones mareros, han marcado y siguen inspirando mi trayectoria creativa.
 
Gracias por enseñarme el camino
 
24 Feb 2022 - 15:30