Mujeres CEF: Isabel Muñoz
Pero, ¿quién es Isabel Muñoz? Como ella misma se define, “es una fotógrafa y contadora de historias”, que pone pasión en cada uno de sus proyectos, pero jamás deja de lado la razón. Reconoce que en su caso no deja que la pasión salga a borbotones. Necesita que haya un por qué y un hacia dónde.
Entra en contacto con la fotografía desde muy pequeña, debido a su fascinación por las máquinas y los aparatos (a los 13 años usa sus ahorros para comprarse su primera cámara) y su interés en observar las relaciones e interacciones de las personas a su alrededor, relaciones de amor, de envidia, de poder... algo que se convierte en una forma de ver y una necesidad de compartir que se mantiene hasta hoy en día.
Deja su Barcelona natal y se traslada a Madrid “por amor” y es en la capital, cuando siente que sus circunstancias y obligaciones familiares se lo permiten, cuando decide retomar sus estudios y dedicarse a lo que relamente le gustaba, dudando entre las matemáticas y la fotografía. Elige la fotografía, y en sus propias palabras, “son esas decisiones en la vida en las que aciertas”.
Tiene muchos fotógrafos de referencia, aunque reconoce que no le gusta elegir, porque siempre “te dejas a alguien”, pero por citar a algunos: Roberto García-Alix, Chema Madoz, Mapplethorpe, Lewis Carrol. Pero las referencias también vienen del cine, la música, la escultura, la pintura, y “sobre todo, la vida”. Entre las fotógrafas que no deberíamos perdernos está Letizia Battaglia, con su trabajo sobre la mafia y, como muestra las costumbres de una época concreta de Palermo, Cristina García Rodero, Diane Arbus, Tina Modotti.
A lo largo de su vida escuchó demasiadas veces aquello de “esto no es para mujeres”, pero siempre ha tenido un mantra que, a día de hoy sigue repitiendo, y es “no podrán con nosotras”, un pequeño mantra que le gustaría que las mujeres se repitan especialmente en aquellos países en que no han tenido una evolución como la que ha habido en España. Considera que hay que dar visibilidad a las mujeres en cualquier disciplina, porque ha habido un gran oscurantismo y porque toda historia que no se cuenta es historia que no existe.
No se considera ejemplo para nadie, solo es una mujer que ha luchado por la pasión, con sus luces y sus sombras, pero sí le gustaría decir a la juventud que no dejen de soñar, porque los sueños, si los sigues y sigues luchando, muchas veces con paciencia se acaban logrando. No hay que olvidarse de lo importante que es sentir y elegir y seguir tu pasión. Muchas veces es un camino duro, pero es necesario seguir.